¿Y qué Paso Contigo? La Pregunta más temerosa para los empresarios
Ah, todo
empresario tiembla cuando una amistad, un cliente o un familiar hace esa
pregunta, “¿Y qué Paso Contigo?”. No es tanto la pregunta en sí pero el tono
dado cuando se hace dicha pregunta puesto que la respuesta a esa pregunta puede
tomar dos rumbos como también quien es la persona haciendo la pregunta y como
va reaccionar: con pena, alegría, sarcasmo o con compasión.
Recientemente
me encontré con uno de mis clientes que no he visto desde hace tiempo. Como siempre, saludo con una sonrisa siempre
permitiendo que el cliente tome la iniciativa del dialogo y que ellos se
sientan con la libertad de contarme lo que ellos meritan que yo sepa. Me tomó por sorpresa que el cliente se sintiera
avergonzado de hablar conmigo pensando que yo también, como todo el mundo a su
alrededor, estaría decepcionada de él. Cuando
lo convencí de que no tenía ninguna intención en juzgar, criticar y que se sintiera
con toda la libertad en decirme cualquier cosa de la cual se considerara a
gusto en decirme, entonces fue que noté los músculos de sus hombros
relajándose. Mi cliente estaba convencido que yo sería la persona con más razón
para criticarlo puesto que el termino haciendo lo opuesto a lo que yo le había
sugerido sobre su futuro negocio. Por no haber seguido el plan o por lo menos
seguir algunas de las sugerencias él había terminado perdiendo todo: el
negocio, tanto sus inversiones como también las inversiones de otros, amistades, familiares, clientes, e incluso su matrimonio de 15 años.
Me sentí
tan apenada por él, pero no intervine, ni hice preguntas o hice comentarios
interrumpiendo su narrativa como también su explicación del por qué él pensó yo
lo juzgaría severamente. Estaba muy
curiosa en oír su razonamiento de esa conclusión. A la misma vez no niego que
estaba preocupada por su contestación. Especialmente estaba preocupada por lo
que yo estaré proyectando a mis clientes, ya sea al hablar, gestos, movimientos
que puedan interpretarse como juzgamiento o posible critica de sus
acciones. Al final resulto que no era
tanto yo en si sino su sentido de culpabilidad de no haber querido seguir las
sugerencias o haber permitido que su orgullo a controlara la situación en vez
de pedir ayuda cuando era grandemente necesitada. Lamentablemente esto es una de las razones
primordiales en el fracaso de un negocio en sus primeros años. Dejar que el orgullo maneje todo sabiendo que
podría ser la segura destrucción.
Entonces, cuál
sería el poder o el valor de dicha pregunta “¿Y qué Paso Contigo?”.
Esa pregunta tiene valor y poder para cualquier empresario puesto que simboliza
un recordatorio del triunfo del logro de sus sueños como dueño de su propia
empresa o del fracaso de no haberlo logrado o de haber perdido todo. Y más afecta poderla contestar cuando el tono
dado a la pregunta viene de una persona que nunca pensó o se rio de sus planes
y sueños o de una persona que honestamente quiere saber su pudo alcanzar su
meta. En su caso, en su mente, cualquier persona que le hiciera la pregunta,
para él, el tono iba a ser con crítica y sarcasmo implicando para él que es un
fracaso haciéndolo sentir más miserable.
¿Y que hacemos con nuestros clientes que están
en estos momentos tan críticos en sus vidas como consejeros para los pequeños
negocios? Sencillo, pero también es un trabajo arduo y lento para el bienestar
de nuestros clientes. Empecemos con
Invitarlo a un café, sentarse a hablar.
Si logramos eso entonces… seguimos con emprender un nuevo plan, ver que
se puede rescatar, reinventar, terminar lo que se necesita cerrar del pasado,
usar el pasado como el principio para recomenzar otra vez si merita, reconocer
las fallas, restituir si es necesario, buscar las conexiones necesarias para
poder ayudar a re-establecer el auto estima y enseñar a nuestros clientes mi
concepto favorito y sencillo como mantra lo cual los ayudara en su futuros: “Todo
fracaso es el condimento que da sabor al éxito.” Truman Capote
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